He
tenido jugadores que para ellos entrenar era muy pesado, y otros
que se divertían mucho. Si a estos últimos los esfuerzos
eran compensados con logros, cada vez sentían que podían
llegar mas alto.
Cuando
varios chicos a la vez se anotan en una escuela de tenis, todos
piensan que pueden llegar a jugar bien. Pero hay uno o dos, que
antes de empezar son mejores que los otros, y en la medida que
se le exploten sus condiciones naturales, alargarán la
diferencia.
Ganar
en la categoría de infantiles, es más fácil
que ganar en menores, y así pasa lo mismo hasta cadetes.
Ya en juveniles, los verdaderamente buenos miran de cerca el profesionalismo,
entonces la categoría, (salvo grandes torneos internacionales)
vuelve a convertirse en algo más fácil.
El
75% del resultado final del éxito del juego, radica en
sus condiciones mentales, de concentración, valentía,
astucia, frialdad, amor propio, por ej. Y entonces aparece el
tenista/atleta, que con personalidad y gran preparación
puede aspirar a lo máximo de si mismo, aunque no llegue
a ser el mejor, sentirá una sensación de haber logrado
el éxito.
Leí
una vez que la mejor escuela de tenis se lograría solo
con niños huérfanos, ya que los padres pueden ser
motivo de grandes problemas a la hora de competir, comparar, criticar,
etc. Pero sin dudas el apoyo familiar es un factor preponderante
junto al entorno en general.
Los
proyectos de buenos jugadores necesitan equipo de trabajo. No
sólo el técnico y físico, sino también
el médico, quien atenderá sus especialidades y derivará
aquellas que el jugador requiera.
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